Un rodillo dentado, manejado por una manivela, activa varios martillos de madera que golpean alternativamente sobre una caja hueca.
La Iglesia permitió usarlos con la finalidad de "asustar a Judas" o "matar judíos". Así se llamaba al momento más estruendoso de la ceremonia de las Tinieblas con que se conmemoraba la muerte de Jesús. Al propio tiempo, los monasterios, conventos y templos de la Iglesia de Oriente suelen tener siempre algún instrumento de este tipo (semanterio o simandrón), bien para dar las horas o avisar a los oficios, bien para sustituir a las campanas en el tiempo en que éstas permanecían mudas durante la Semana Santa.
Que la Matraca fue un instrumento muy popular lo demuestra el hecho de aparecer como pieza antigua en muchos tratados sin ser propiamente un instrumento musical (al menos no hacía melodía, sino ruido). Lo podemos ver en el Gabinetto Armónico de Filippo Bonanni (1723), lo cual quiere decir que pertenecería al conjunto de instrumentos que recogió en el siglo XVII Athanasius Kircher para su Museo en el Colegio Romano. También aparece en una de las láminas de la Enciclopedia Francesa (1785), bajo el nombre de "sementerion".
La que aquí se exhibe muestra una combinación entre el mencionado rodillo armado de púas, y unas ruedas dentadas que accionan simultáneamente un juego de lengüetas a modo de Carraca. En la parte superior del instrumento queda la huella de haber alojado dos ciriales a ambos lados de una cruz.